Este artículo considera el significado ético de una creencia moral común en las mujeres embarazadas (y sus parejas) que acuden en busca de reparación a útero abierto de la espina bífida, es decir, que sus fetos son ya "niños". Se subraya la necesidad de reconocer la vulnerabilidad de la mujer gestante a sus propias creencias y preocupaciones en relación con las discapacidades potenciales, la intervención fetal y los posibles resultados y de actuar con sensibilidad al respecto. Este reconocimiento y la conversación franca son éticamente importantes para asegurar el consentimiento informado y como salvaguarda frente a los juicios de valor, entusiasmos y prejuicios de los cirujanos y otros miembros del equipo de cirugía maternofetal.
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