Valencia, España
El balcón valenciano queda determinado en el siglo XVIII, y con mínimas evoluciones en el XIX, por la planta de formarectangular y los antepechos de barrotes verticales. Pese a su pobre variación formal, el balcón representa un recursocompositivo de fundamental importancia en la ciudad de Valencia. Efectivamente, los balcones, en particular los dehierro, crean una capa traslúcida que se superpone a la fachada remarcando, allí donde están instalados, el diseñoarquitectónico del frente, dándole un significado nuevo. Además, la capacidad de proyectar sombras sobre la fachadahace que este resalto tenga un valor añadido derivado de la variación constante de la dirección de la luz a lo largo deldía y del año.Las variables existentes en el uso de este elemento arquitectónico en la ciudad de Valencia, a falta de la variaciónmorfológica, se limitan a la posición y a la longitud de los balcones, variaciones que, cuando son bien utilizadas,permiten alcanzar un notable nivel de modulación de las sombras proyectadas y de la jerarquía compositiva.En base a un catalogación informatizada de un conjunto de 1344 planos conservados en el Fondo de Policía Urbanadel Archivo Histórico Municipal de Valencia, este artículo quiere definir el uso que a nivel compositivo se dio a esteelemento arquitectónico, poniendo de relieve las soluciones más recurrentes que caracterizaron el rostro urbano de laValencia histórica. En particular, a través de una selección de casos emblemáticos, se definen los tipos de balcones enbase a la relación guardada con los vanos de las ventanas y con el número de crujías verticales, analizandoconjuntamente el ritmo compositivo y la jerarquización de los alzados en función de la variación estilística y temporal.
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