¿Deben tener derecho los estados democráticos liberales a excluir a los inmigrantes de su territorio? Este artículo cuestiona dos argumentos centrales a favor del control de las fronteras: (1) el derecho exclusivo del estado al asentamiento en un determinado territorio; y (2) el derecho exclusivo de los ciudadanos y residentes legales a la pertenencia a dicho estado. El artículo muestra que los estados contemporáneos no mantienen una vinculación inexorable a un trozo particular de tierra que les permita justificar el derecho exclusivo de asentamiento y que los habitantes no pueden defender coherentemente su restricción unilateral al acceso a la pertenencia. Para terminar, el artículo desarrolla una visión alternativa de los derechos territoriales estatales.
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