El sistema neuromuscular en el hombre alcanza su plena madurez después de 20-30 años de desarrollo . Entre las décadas tercera y quinta, la producción de fuerza máxima permanece estable o con reducciones poco significativas. Sin embargo, la mayoría de los autores señalan que al llegar a ala frontera de los 60, comienza una etapa caracterizada por la reducción de la fuerza máxima muscular entre un 30%-40%, mientras que la producción de la fuerza explosiva, independientemente del tipo de acción muscular, se reduce incluso más que la fuerza máxima (hasta un 60% inferior cuando se compara con una población joven). La Fuerza máxima y explosiva son necesarias para poder realizar muchas tareas de la vida cotidiana como subir escaleras, levantarse de una silla o pasear. Por otro lado, la reducción con la edad de la capacidad del sistema neuromuscular para genera fuerza también favorece el riesgo de caídas y resbalones, típicas de este grupo de población.
Se observan altas correlaciones entre las características de fuerza explosiva en acciones dinámica e isométricas en los sujetos de avanzada edad, debido a la gran variación interindividual. Sin embargo, en un grupo más homogéneo de sujetos jóvenes se puede encontrar correlaciones significativas entre los dos tipos de acciones explosivas. En los sujetos jóvenes la fuerza máxima no está necesariamente relacionado con una elevada capacidad de manifestación explosiva de la fuerza, mientras en los de más edad, un bajo nivel de producción máxima de fuerz parece estar también asociado con una baja habilidad por parte de los músculos para desarrollar fuerza rápidamente.
Se podría sugerir que en orden de minimizar reducciones relativas a la edad en ejecuciones neuromusculares, un adecuado entrenamiento de fuerza entre personas ancianas debería incluir no sólo ejercicios dirigidos a la mejora de la fuerza máxima sino además varios de esos de naturaleza explosiva.
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