En este trabajo el autor describe la relación, en el sistema procesal, entre garantías constitucionales y la búsqueda de la verdad.
Se afirma que todo el proceso penal se basa en un modelo comunicacional que es consecuencia del respeto a la garantía de la defensa en juicio y que tienen en su base una determinada mezcla de las dimensiones fácticas, normativas y probatorias.
En el texto se explica que la vida práctica del sistema penal está muy lejos de respetar esta fluida comunicación entre imputado y sistema judicial.
Una de las fuertes razones de lesión a esta exigencia de comunicación se verifica en trampas dogmáticas, judiciales y legislativas que surgen de haber debilitado claramente al principio de hecho.
Se culmina con algunas propuestas simples.
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