Resumen de Neurofisiología de la memoria y el aprendizaje
José Ramón Lorenzo Peñuelas, Purificacion Tejedor del Real
El potencial de nuestro sistema nervioso para adquirir, almacenar y recordar información depende de muchas áreas o subsistemas cerebrales y de su capacidad de modificación o "plasticidad" para adaptarse a los cambios del ambiente. En la actualidad, uno de los objetos de la investigación en este campo se centra en la posible relación que existe entre función celular y conducta, mediante modelos que estudian formas simples de aprendizaje en redes neuronales de invertebrados (Aplysia y Hermissenda) y técnicas de biología molecular y celular que estudian los mecanismos de transmisión y modulación sináptica.Mientras que la habituación y la sensibilización son formas simples de aprendizaje no asociativo, el condicionamiento clásico requiere la asociación entre eventos. La falta de respuesta característica de la habituación coincide con una baja actividad eléctrica de las vías implicadas en el aprendizaje (disminución de la amplitud de los EPSP), en contraposición con el aumento de respuesta y facilitación heterosináptica que se observa en la sensibilización (aumento de amplitud de los EPSP). En el condicionamiento clásico, los cambios asociativos se corresponden con una coincidencia de la actividad eléctrica en "espigas" entre la neurona pre- y postsináptica (Hebb, 1949) o con una facilitación eléctrica a nivel presináptico (Kandel y Tauc, 1965). Estas formas de plasticidad también pueden ser observadas en circuitos neuronales más complejos. Un ejemplo de ello es el aumento de respuesta postsináptica o potenciación a largo plazo (LTP) que aparece tras la estimulación eléctrica de zonas de hipocampos y otras estructuras cerebrales de mamíferos.Aunque diversas vías y neurotransmisores pueden estar implicados en los procesos de memoria y aprendizaje, a nivel bioquímico el aumento en la eficacia sináptica del fenómeno de LTP se correlaciona con la activación de receptores N-Metil-D-Aspartato para el glutámico, en amígdala, hipocampo y otras áreas del SNC. Por otra parte, la activación de genes codificadores de proteínas son esenciales en los cambios morfológicos necesarios para la estabilidad en la memoria a largo plazo.Desde el punto de vista neuroanatómico no parecen existir centros nerviosos aislados donde se almacene la memoria, aunque la participación de sistemas corticales y estructuras como la amígdala y el hipocampo han sido ampliamente implicados en estos procesos.
