La visita a los escribanos del número de Jerez de la Frontera, cometida en 1562 por Felipe II al juez Alanís, nos permite conocer cómo ejercitaban sus oficios. La mala praxis aflora a partir de las acusaciones formuladas por los testigos y de la investigación desarrollada por el visitador a través del interrogatorio a los protagonistas y la inspección del material documental presente en sus escritorios. Así, en lo extrajudicial, la autorización de escrituras prohibidas, la manipulación de la voluntad de los otorgantes y el sistema de registración aplicado son las transgresiones legales preferentes. Mientras, en lo judicial, las ausencias a la hora de examinar testigos, la parcialidad en los pleitos, la distorsión del proceso ejecutivo y la infracción del arancel real en ambas esferas completan, entre otros, el elenco de faltas que adornan a los notarios jerezanos. Al mismo tiempo, denotan la uniformidad de la práctica castellana incluso cuando no se acomodan a la norma.
The visit to the notaries of Jerez de la Frontera, committed in 1562 by Felipe II to judge Alanís, allows us to know how those of the number exercised their trades. The bad practice emerges from the accusations made by the witnesses and the investigation carried out by the visitor through the interrogation of the protagonists and the inspection of the documentary material present on their desks. Thus, in extrajudicial matters, the authorization of prohibited deeds, the manipulation of the will of the grantors and the registration system applied are the preferred legal transgressions. Meanwhile, in judicial matters, the absences when it comes to examining witnesses, the partiality in the lawsuits, the distortion of the executive process and the infringement of the royal tariff in both spheres complete, among others, the list of faults that adorn Jerez notaries. At the same time, they denote the uniformity of Castilian practice even when they do not conform to the norm.
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