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Resumen de El financiamiento de la economía social en Ibagué Colombia

Aracelly Buitrago Mejía, Nubia Varón Triana

  • Existen en la ciudad de Ibagué innumerables negocios que surgen cada día, constituyéndose en una economía que subyace a la economía formal, originados en situaciones de exclusión de un porcentaje muy alto de la población, entre otras causas se tiene la población con pobreza monetaria del 28%, con pobreza extrema del 8,5, desempleo alrededor del 10%, nivel de informalidad empresarial del 41%, lo cual obliga a esas poblaciones a generar diversas formas de supervivencia a través de negocios familiares o comunitarios, que no logran insertarse formalmente en la economía, debido a que en su gran mayoría no disponen de recursos económicos para el desarrollo y crecimiento de esos negocios, y tampoco cumplen con los requisitos de las entidades financieras para otorgarle créditos. Agrava esta situación el hecho que la economía del país está soportada en un 97% en empresas de tamaño micro, que tampoco son objeto de crédito bancario, por cuanto no cumplen las condiciones de esas entidades crediticias. El estado colombiano y las organizaciones no gubernamentales ONG hacen algunos esfuerzos, que no son suficientes para dar cobertura al alto porcentaje de negocios informales que conforman esa economía social, que requiere un modelo de financiamiento más acorde a sus necesidades. Por su parte las entidades de micro finanza, en su gran mayoría 87% no consideran como objeto de crédito a la economía social; no hacen ninguna excepción de los requisitos de crédito, pues su portafolio está orientado a empresas que puedan ofrecer garantías y que tengan capacidad de pago.

    La investigación tuvo como objetivo general comprender el financiamiento de la economía social, desde la oferta y la demanda de financiamiento para proponer estrategias y modelos de financiamiento que mejoren el acceso al crédito por parte de la economía social, y como objetivos específicos: Indagar cómo obtiene el financiamiento la economía social de la región; los campesinos, las organizaciones sociales, las famiempresas, emprendedores sociales, comerciantes barriales, de plazas de mercado, entre otros. Identificar cuáles son las necesidades y expectativas de financiamiento de la economía social, y conocer cuáles son las condiciones, plazo y costo del financiamiento actual de sus actividades empresariales. La pegunta de investigación que identifica el problema es: ¿Encuentra la economía social de la región fuentes de financiamiento de acuerdo a sus necesidades? En el enfoque de la Economía Social (ES) en las organizaciones se tiene como objetivo principal el servicio a las personas o a otras organizaciones de ES (Monzón, 2006); es allí donde este sector se escapa de lo que tradicionalmente se denomina la lógica capitalista. Ahora bien, el concepto de economía social es considerado como “el resultado de una construcción social, y es tributario de las características del tercer sector, de su relación con el Estado y también de las orientaciones de la comunidad científica” (Bastidas-Delgado, Richer, 2001 p.8). En ese orden de ideas, el aportar soluciones a la actividad empresarial, en financiamiento, capacitación y apoyo a la economía, se vuelve una necesidad que en ocasiones es satisfecha por la ES, ya que la ayuda directa del estado no se da a mucha población, o ¿cómo el estado ayuda a generar mayores posibilidades de financiamiento a sectores como plazas de mercado, famiempresas, vendedores ambulantes? La única respuesta a estas necesidades que vive estos sectores, que carecen de vida crediticia es el conseguir recursos con terceros denominados “prestamistas”, que generan altos costos financieros para ellos. Lo anterior se convierte en una realidad cuando:

    La función de regulación del mercado de capitales queda patente en la capacidad de la economía social de lograr la inclusión financiera de grandes segmentos de la población que están excluidos del sector bancario tradicional, al ser una vía primaria de financiación y subvenciones públicas para las personas con pocos recursos (…). (Monzón y Chaves (2012), Informe del Comité Económico y Social Europeo).

    Retos como la lucha por la no exclusión social y laboral, genera que proyectos como el que se plantea en este estudio, brinde a estos sectores oportunidades de crecimiento económico y participación en la sociedad, mediante el apoyo de iniciativas productivas que se convierten en su “proyecto de vida”. Ahora bien, es claro que los sistemas educativos están llamados a desempeñar una importante función en lo referente al tejido social y a la cultura emprendedora, mediante proyectos formativos que estimulen iniciativas y propuestas empresariales que fomenten la colaboración (Monzón y Chaves (2012), Informe del Comité Económico y Social Europeo).

    Lo ideal sería proponer un modelo de financiamiento para la economía social de la región y para ello, es importante tener en cuenta estudios en Panamá que han implementado modelos que son llamados protección para pobres, donde la filosofía del mismo, parte del principio que los ciudadanos con recursos están en mejores condiciones que el Estado para atender directamente sus propias necesidades y algunas características del modelo se exponen a continuación:

    (…) el modelo aparece como una respuesta práctica a uno de los desafíos tradicionales de la política social: cómo llegar con los recursos estatales escasos a quienes más lo necesitan. Enfatiza en cómo ayudar a parte de la población pobre, y más precisamente a la que tiene severas deficiencias en sus ingresos, pero no necesariamente se ocupa de otros aspectos de la política social, tal el caso de la búsqueda la cohesión social y la redistribución.

    Sólo aquella parte de la población que no tiene los recursos para satisfacer sus necesidades directamente y hasta donde alcance el dinero, es a la que deben dirigirse de manera exclusiva los apoyos estatales. Los apoyos se ofrecen individualmente, a las personas o a sus familias, en función a su condición de pobreza, y no a grupos unidos por sus relaciones sociales, espaciales o culturales. Prima, en su desarrollo y en las señales que ofrece, lo individual sobre lo colectivo. Con ello se fomenta el comportamiento individual y no los lazos entre los ciudadanos. Por ende no se promueve el fortalecimiento del capital social, hoy reconocido como un componente importante para el desarrollo social y económico. (VIII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, 2003)


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