En este artículo se analiza la creación de la Superintendencia de Banca y Seguros, entidad pública que desde sus orígenes ha sido responsable de la supervisión y regulación de las actividades llevadas a cabo por los bancos y compañías de seguros. Se analiza cómo a lo largo de las décadas de ejercicio de sus funciones, la Superintendencia de Banca y Seguros ha ido sumando el ejercicio de nuevas funciones e, incluso, ha llegado a absorber a la Unidad de Inteligencia Financiera. La acumulación de funciones a cargo del organismo regulador podría complicar la labor de la Superintendencia de Banca y Seguros, atendiendo a las razones que se tuvo para su creación.
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