En el mes de agosto de 1914, en los primeros días tras la declaración de la guerra, el acorazado Goeben y el crucero Breslau, únicos buques bélicos alemanes en el mar Mediterráneo, consiguieron escapar contra todo pronóstico, refugiándose en el puerto de Estambul, de la persecución a que les sometió la Royal Navy.
La llegada de los buques a Turquía provocó, a la larga, la entrada de esta en la guerra del lado de las Potencias Centrales, lo que puso en jaque a los rusos en el Mar Negro y obligó a los Aliados a un esfuerzo adicional en la Gran Guerra que conllevó, entre otras operaciones, el desembarco de Galípoli.
La situación actual guarda parecidos con aquella. Turquía juega un papel central en el control de los accesos al Mar Negro y en el juego de alianzas estratégicas; y las innovaciones en materia de armamento –de la misma manera que los buques protagonistas– pueden trastocar los planes de las potencias en liza.
In the first days of August, 1914, immediately after the declaraiton of war, SMS Goeben and Breslau were the only German warships in the Mediterranean. They managed to escape Royal Navy pursuit against all odds, taking refuge in Istambul.
The arrival of both ships brought the alignment of Turkey with Central Powers, putting at risk Russian dominance of the Black Sea and forcing an extraordinary effort from the Allies, which included the landings of Gallipoli.
Nowadays the situation looks quite similar, with Turkey playing a centrol role in the access to the Black Sea and in the game of strategic alliances; in a similar way, the development of new weapons –as with those ships– could disrupt the balance of Powers.
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