Ana Lago Moreda, Susana Romero
Los profesionales de la PRL no lo tienen fácil. La burocracia preventiva se ha convertido en un obstáculo que echa el freno a su capacidad. Esta figura, reivindica su papel en un nuevo paradigma en el que la precariedad laboral afecta directamente a la seguridad y la salud. Si bien es cierto, la pandemia les asignó nuevas competencias y mostraron estar a la altura, sin embargo, el paso del tiempo tiende a hacer olvidar. Para refrescar la memoria a todos los agentes implicados, es importante tener presente que la prevención es un compromiso global de actuación y que requiere actualizar la legislación. Solo de esta manera, el técnico, por fin, podrá hacer recordar el auténtico cometido de su misión: mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.
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