Presento algunas sugerencias que pueden estimular la creatividad de los responsables o interesados en la formación permanente de los sacerdotes. La planificación de sistemas de formación sacerdotal implica, precisamente, los tres aspectos señalados por el Concilio: "espiritual" (actitudes), "intelectual" (conocimientos) y "pastoral" (habilidades). En este ensayo me detendré a considerar algunas necesidades, objetivos y posibles soluciones. Integraré los aspectos psicológicos y espirituales de la maduración sacerdotal porque me adhiero a quienes consideran que la gracia se encarna en las condiciones psico-sociales de la persona humana. El desarrollo de este ensayo implica dos partes. La primera establece algunos principios doctrinales de tipo psicológico y espiritual. La segunda señala las grandes etapas de la existencia sacerdotal con sus necesidades y posibles soluciones. Me sitúo en la perspectiva de los obispos, superiores o responsables de la formación permanente, pero también tomo el lugar de quienes somos sujetos de la formación.
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