El Concilio Vaticano II se situa en el movimiento de "ggiornamento" desencadenado por el Papa Juan XXIII, que lo convocó. Esta actualización significó un diálogo ecuménico con las Iglesias ortodoxas y con las surgidas de la Reforma, un diálogo interreligioso con las otras tradiciones religiosas además de una apertura al mundo moderno. En esta empresa el Concilio asumió creativamente muchos movimientos ya existentes en el seno de la Iglesia que venian procurando tal diálogo. Con sus documentos renovadores y inspiradores el Concilio reconcilió criticamente la Iglesia con la modernidad.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados