Badajoz, España
En varios embates, Alfonso XI había conseguido arrebatar a los musulmanes algunos núcleos fortificados en las fronteras. Aunque no pudo impedir la pérdida de Gibraltar en 1333, fue capaz de mantener Tarifa y derrotar a los musulmanes en la batalla del Salado. Esta victoria dio alas al rey castellano-leonés para plantearse objetivos de mayor envergadura: en 1341 puso cerco y conquistó Alcalá la Real y otra media docena de fortificaciones en la frontera jiennense. Pocos meses más tarde, ya en mayo de 1342, iniciaba una operación de gran alcance para anexionarse la villa de Algeciras, contando para ello con el apoyo militar portugués, aragonés, genovés y con el soporte papal a través de una bula de cruzada que resultó muy atractiva para los efectivos europeos.
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