Lograr que un paciente felino acuda al centro veterinario con regularidad no siempre es sencillo. Las reticencias de su propietario, la dificultad para obtener muestras del animal y la baja prevalencia de algunas enfermedades en determinadas etapas vitales del gato son algunas de las causas.
Sin embargo, los estudios demuestran que un tercio de los gatos de más de seis años padece una enfermedad silente, que puede ser diagnosticada durante una exploración o unos análisis regulares, y que este porcentaje puede subir hasta el 50 % a partir de los diez años.
Por ello, es fundamental poner en práctica todo aquello que garantice el bienestar de los pacientes felinos en el centro, y facilitar en la medida de lo posible que sus propietarios comprendan la importancia de estos chequeos regulares.
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