La leyenda de la Cruz de Carne, cuenta que fue entregada por un ángel a un benedictino en San Miguel del Burgo de Zamora, en los episodios de Peste Negra del s. XIV. Durante siglos, la reliquia, hoy en la capilla catedralicia de Santa Inés, ha sido utilizada para enriquecer santuarios y canalizar la desesperación y rabia que producen las epidemias y hambrunas. Tras un inciso a su simbología genérica, un repaso a las leyendas de sus milagros más conocidos, y documentaciones de los oscuros inicios de este culto, veremos que, al igual que otras reliquias a las que se atribuyen poderes sanadores, y dañinos, la historia de la Cruz de Carne, se escribe en forma de crónica negra del lugar donde se venera, y se ha utilizado en diferentes situaciones sociales, hasta el s. XX, como herramienta institucional de control, reclamando la religiosidad de los fieles en tiempos de desesperación y necesidad, no solo provocadas por enfermedades.
The legend of the Cross of Flesh tells that it was given by an angel to a benedictine monk in San Miguel del Burgo in Zamora, during the Black Death in 14th century. The relic, which today is in the chapel of Santa Inés in the cathedral, has been used along the centuries to enrich sanctuaries and to canalize the desperation and rage produced by epidemics and famines. First, we make a subsection of its generic symbology, a review of the most well-known miracle legends, and the documentation of the dim beginnings of this cult. Then, we will see that, like other relics to which healing and harmful powers are attributed, the history of the Cross of Flesh, is written as a dark chronicle of the place where it is venerated, and has been used in different social situations, until 20th century, as an institutional tool of control, claiming the religiosity of the faithful people in desperation and necessity times, not only caused by diseases.
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