Colombia
Fragmento El empleo del yodo radioactivo en la investigación y tratamiento de enfermedades del tiroides se conoce desde el año de 1942, cuando simultáneamente Hertz, Roberts, Hamilton y Lawrence utilizaron el 130I, isotopo con vida media de doce horas, en el tratamiento del hipertiroidismo. Cuatro años más tarde se emplea exclusivamente el 131I, con vida media de ocho días, y con la característica de ser fijado en el tiroides en concentraciones mayores a las de cualquiera otra región del organismo. Un 90% de los efectos radioactivos que constituyen la base del tratamiento son producidos por rayos beta, con un poder de penetración de 2 mm o menos, actuando por lo tanto a nivel celular y el 10% por rayos gamma, cuyaintensidad mayor permite su registro fuera del organismo para algunas pruebas diagnósticas.
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