La honestidad intelectual de George Lemaitre, padre del Big-Bang, ingeniero y sacerdote católico, marca toda su trayectoria en la relación ciencia-fe. Su síntesis personal comienza en un concordismo, superado enseguida al afirmar “dos caminos” diferentes para hablar sobre el mundo y sobre Dios. En su madurez afirmará que Dios permanece siempre oculto (caché). Su pensamiento se enmarca en la teología kenótica, donde el Dios trinitario se esconde tras su absoluta autodonación por amor al crear y al mantener el universo en su ser: kenosis absoluta de su omnipotencia, de su omnisciencia. Como científico su quehacer fue siempre secular, como creyente contemplaba las huellas de Dios en todas las creaturas.
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