Nuestro intento es rescatar a Marx como acontecimiento de la lucha de clases, como oponente antagónico de la relación capitalista, como hito fundamental en la historia de oposición al Capital, de significación análoga a los hechos de la Comuna de París, esa “aurora de la gran revolución social que liberará para siempre a los hombres del régimen de clases”, o a las movilizaciones contra la explotación capitalista que en cada país son más significativas, como pueden haber sido entre nosotros la Semana Roja de Barranca o la huelga de las bananeras en los años veintes, o el ensayo insurreccional de septiembre de 1977, o como lo fue la experiencia de mayo de 1968 en Francia, o lo son hoy las luchas en Centroamérica.Es Marx como sinónimo de posición anticapitalista, es el Marx que está agazapado y escondido en todas las luchas proletarias, aunque éstas no obren en su nombre e inclusive lo ignoren; el Marx que está en todos los viejos topos que avanzan inexorablemente corroyendo los cimientos de la sociedad capitalista, así no tengan la figura del anciano venerable y de monóculo, fumador empedernido y lector incansable en su biblioteca de la quinta de Haverstock Hill. El Marx que está tanto en la crítica de las armas como en las armas de la crítica.Esa recuperación de Marx pasa necesariamente por la crítica de todo marxismo, pues son precisamente esos entendimientos que organizan su obra y su acción como sistemas, los que niegan a Marx como acontecimiento de la lucha de clases e impiden que como tal se valore su experiencia. Cuando aparece el marxismo como filosofía, como ciencia, como ideología, como epistemología, como economía política, como doctrina, como concepción del mundo, como ciencia de la sociedad, queda atrás el hecho histórico central de Marx como expresión subversiva y desestructurante de la relación capitalista.Palabras Clave: Marx, Marxismo, Capitalimos, Hecho historico
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