Siete sentencias de muerte: dos en Petersburgo, una en Moscú, dos en Pensa, dos en Riga. Cuatro ejecuciones: dos en Kherson, una en Vilna, una en Odesa.Esto, repetido cotidianamente en todos los periódicos, y no durante varias semanas, ni meses, ni un año, sino durante años. Y esto en Rusia, esta Rusia donde el pueblo considera a cada criminal como un hombre digno de compasión, y donde hasta hace muy poco la pena capital no estaba reconocida por las leyes. Recuerdo lo orgulloso que me sentía de esto cada vez que hablaba de la cuestión con otros europeos. ¡Ahora, en cambio, desde hace casi tres años, no tenemos otra cosa que ejecuciones, ejecuciones, ejecuciones, un días tras otro, sin cesar!.Palabras Clave: Rusia, Compasión, Pena capitál, Ejecuciones
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