Guillermo Antonio Correa Montoya
Han pasado algo más de diez años desde que la dirección de la OIT, como parte de sus proyecciones estratégicas, presentó e instaló en la opinión internacional el concepto de trabajo decente, no solo como una marca institucional sino como un gran objetivo integrador, una apuesta medular y, singularmente, un desafío ético-político tripartito (gobierno, empresarios, sindicatos) de pretensiones globales. Una de las intenciones centrales de esa determinación ha sido la de reanimar la discusión pública frente a la centralidad, el significado y el sentido del trabajo, así como de la potencialidad que ofrece un mundo laboral soportado en una amplia noción de la dignidad que personifican los trabajadores del mundo contemporáneo, interrogado no solo por la cantidad sino asimismo por la calidad y las condiciones del trabajo. Con este criterio, el presente número de Controversia ha elegido el trabajo decente como tema central de debate.Palabras Clave: OIT, Desafío ético-político tripartito, Trabajo docente
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