La experiencia religiosa, según la fenomenología de Edith Stein, implica profunda e íntegramente a la persona humana. Comporta un hecho fundamental en el trayecto vital: una experiencia sentimental del Ser Eterno y su valor; un aprehender empático de la vivencia de Dios de sí mismo. El establecimiento del Ser divino como valor fundamental es de significativa importancia para la conformación de la conciencia ético-religiosa y la constitución de la mismidad personal por distinción con la alteridad de Dios.
According to the Edith Stein’s phenomenology, the human person is deeply and entirely implicated in the religious experience. It means a fundamental fact on the individual life course: a sentient experience of the Eternal Being and his value; an empathic apprehension of the divine self-experience. The Divine Being’s formation as a fundamental value has a great importance for the conformation of the ethical-religious consciousness and the constitution of the personal identity by the distinction with God’s otherness.
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