Pere Ferrés Sánchez, Teresa Prat Torrens, A. Bayés de Luna
Se describe el caso de una joven de 16 años de edad, jugadora de tenis de muy buen nivel, que presenta en electrocardiograma de superficie un Wolff-Parkinson-White de tipo intermitente. La Paciente se halla asintomática y el ecocardiograma realizado descarta patología orgánica. La prueba de esfuerzo demuestra que la conducción AV se realiza permanentemente por la vía accesoria con frecuencias cardiacas de 140 latidos/minuto y superiores. Ello implica que posiblemente la capacidad de conducción de la vía anómala es elevada y que ante una arritmia supraventricular rápida (por ejemplo una fibrilación auricular) podría ocurrir una respuesta ventricular también rápida. Además, la paciente manifiesta su intención de dedicarse profesionalmente al deporte. Ante todo ello, se plantea la duda de considerar este caso de "bajo riesgo", la aptitud para el deporte de competición y la conveniencia de realizar un estudio electrofisiológico.
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