Análisis del Congreso Internacional de Teatro Infantil, celebrado en Madrid, que pone de manifiesto la pobreza de ideas y el desinterés de los organismos oficiales. Se dividen las diferentes intervenciones en dos grupos: el de los burócratas y el de los creadores. Para los primeros, debe ser un hecho de calidad realizado por el adulto, con los mayores medios posibles. Opuesto a este grupo, se encuentran los que defienden la idea del niño libre y creativo.
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