Etimológicamente, las palabras partido (español y portugués), parti (francés, albanés, danés, noruego y turco), partito (italiano), partei (alemán), party (inglés), partit (catalán), partia (ruso), partii (polaco), part (húngaro), partid (rumano), derivan del verbo latín partire, que significaba “hacer partes”, es decir, dividir una totalidad en dos o más partes. Pareciese evidente que la noción de dividir traía consigo la noción de compartir. Esto, a su vez, nos lleva hacia la noción de conflicto. Desde la antigüedad y hasta el siglo xviii los colectivos políticos organizados se reagrupaban en facciones y no en partidos. Es en el siglo xx cuando asistimos a la aceptación cuasi universal de partido político. Buscamos demostrar desde un enfoque socio-histórico cómo el concepto “partido político” se instauró en la cultura liberal democrática de Occidente, sin perder su conceptualización original de dividir y compartir, es decir, de hacer partes.
From an etymological perspective, the words party (English) parti (French, Albanian, Danish, Norwegian and Turkish), partido (Spanish and Portuguese), partito (Italian) partei (German), partit (Catalan) páirti (Irish), párt (Hungarian) partij (Dutch), partii (Polish) partid (Romanian), all derived from the Latin verb partíre, which means the division of an entity in two or more parts. The word “party” therefore suggests division and conflict. In antiquity and until the seventeenth century, organized political groups gathered in factions, not parties. It was not until the twentieth century that we witnessed universal acceptance of the concept of “political party”. This paper seeks to demonstrate, from a historical perspective, how the term “political party” was established in Western culture without losing its original associations with the concept of division.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados