José Ramón Cabañas Rodríguez, Ruvislei González-Sáez
Desde inicios del siglo XXI el ascenso chino generó un aumento de la preocupación estadounidense en torno a su hegemonía global. Las relaciones Estados UnidosChina experimentaron un cambio perceptible, especialmente bajo la administración Trump cuando calificó oficialmente a Beijing como competidor estratégico. Tras el ascenso de Joe Biden a la Casa Blanca se mantiene una política similar. No obstante, la realidad demostró ser muy distinta del discurso. A pesar de las contradicciones y la competencia estratégica existente, hay que destacar también que ambas naciones se enfrentan a desafíos internacionales comunes, que hacen que a la larga estén condenados a entenderse.
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