A mediados del siglo XIX un período de expansión económica favorece la creación de muchas sociedades anónimas. Sin embargo, la desconfianza de las autoridades provoca que a partir de 1848 una legislación restrictiva, que incluyó la inspección y la publicación de sus balances en la Gaceta de Madrid, dificultara la creación de nuevas sociedades comerciales e industriales. En 1856 la nueva legislación bancaria también estableció la inspección y la publicación regular de sus estados contables, para conseguir la confianza del público, de los accionistas y los acreedores.El análisis de la regulación contable nos permitirá comprobar que España siguió la corriente que marcaban países con un mayor desarrollo económico, aunque no se consiguieron todos los objetivos porque se establecieron las mismas obligaciones para todo de entidades anónimas.
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