Con el crecimiento de la población anciana, acontecen másdificultades asociadas al envejecimiento. La disfagia se engloba dentro de ellas.Disfagia se define como la dificultad para deglutir, acarreando complicacionesserias de desnutrición, deshidratación, infecciones respiratorias, etc, asociándosetambién a mayor mortalidad. La disfagia suele asociarse a enfermedadesneurológicas, pero entre personas mayores sanas permanece infradiagnosticada.Por todo lo anterior, se ha llevado a cabo un estudio de despistaje de la disfagia enpersonas mayores sanas sin diagnóstico previo de disfagia. Se solicitó laparticipación de 35 personas institucionalizadas en una Residencia de Ancianos deTalavera de la Reina; dentro de los residentes “no asistidos”. Para la evaluación sehan utilizado dos test subjetivos; EAT-10 y Sydney Swallow Questionnaire (SSQ), yuna valoración de la dieta de cada paciente. Los resultados del EAT-10, muestranun 21,7% de los participantes sin diagnóstico previo de disfagia, que superan elpunto de corte indicativo de padecer o estar en riesgo de padecer disfagia. Losparticipantes con puntuaciones de riesgo no tenían adaptaciones de laalimentación para prevenir problemas en la seguridad, tan sólo en la eficacia de ladeglución. Dichos participantes, deberán continuar con el protocolo diagnósticorecomendado y partirá de el método de exploración clínica volumen-viscosidad(MECV-V). Como conclusión, estos resultados coinciden con la literaturaespecializada en que la disfagia permanece infradiagnosticada y en concreto, enla población de personas mayores sanas, lo que nos lleva a reflexionar sobre laimportancia de utilizar herramientas de cribado en esta población. Aunque lamuestra de este estudio sea pequeña y no se pueda generalizar que elenvejecimiento normal es causa de disfagia, los estudios sobre el anciano frágil ysarcopenia advierten que el envejecimiento normal conlleva un deteriorogeneralizado.
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