Jaime, (nombre ficticio) es un niño de 11 años, diagnosticadorecientemente de síndrome de Asperger. El hecho de que en la mayoría de loscasos el nivel de inteligencia sea normal o superior hace que durante muchotiempo puedan pasar desapercibidos. La heterogeneidad en la expresión de lossíntomas confirma que la información de los padres es imprescindible. Debemosresaltar la necesidad de que este colectivo sea atendido desde una edad tempranay así evitar mucho sufrimiento. Tendremos que estar alertas a presentaciones desíntomas emocionales que puedan aparecer en estos pacientes; no es extraña lasintomatología depresiva especialmente en la etapa de la adolescencia. Jaime esun chico inteligente pero carece de estrategias para relacionarse con los demás yno es consciente de los códigos y reglas de conducta. Tras una evaluación inicialconociendo sus puntos fuertes y débiles iniciamos la intervención en el mes deNoviembre de 2013.
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