Cuando la cirugía bariátrica es un éxito, es decir, cuando con ella se consigue una pérdida de peso sustancial y mantenida en el tiempo, se produce en la mayoría de los pacientes flacidez de la piel y el tejido celular subcutáneo, lo que condiciona la calidad de vida paralelamente a la percepción del propio aspecto físico, requiriendo en muchos casos una remodelación corporal.
Una vez estabilizada la pérdida de peso, es decir, a partir de los 2 años tras la cirugía, pueden ser necesarias una dermolipectomía abdominal o braquial, una mamoplastia reductora o la corrección de deformidades localizadas en la cara interna de los muslos.
El presente artículo sintetiza las principales intervenciones vigentes en la actualidad, desde las referencias anatómicas de interés a los detalles técnicos, destacando las complicaciones más significativas.
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