Las turbinas de gas son máquinas de volumen constante, es decir, el volumen de aire aspirado por el compresor (flujo volumétrico) es fija independientemente de la temperatura del aire aspirado. Sin embargo, al ser la potencia generada por la turbina proporcional a la masa de aire (flujo másico) nos encontraremos con importantes pérdidas de potencia al aumentar la temperatura del aire de entrada a la turbina y por tanto disminuir su densidad. En determinadas turbinas esta pérdida puede llegar al 35 % de la potencia máxima generada.
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