El Convenio de La Haya de 1980 se beneficia del Convenio de Estambul de 2011 que visibiliza la violencia contra las mujeres como un fenómeno mundial. Una cultura machista puede explicar las sustracciones de menores por parte de los padres, pero también a los de las madres para protegerse. La violencia contra las mujeres es un fenómeno más amplio que la violencia doméstica, aunque ambas están estructuralmente vinculada con la subordinación histórica de las mujeres, que ha llevado a una visión propietaria de la familia también en contextos socioculturales avanzados. En la perspectiva del interés superior del menor, la distinción entre los traslados ilícitos de la residencia de un niño por parte de su cuidador principal y las sustracciones en sentido estricto merece ser reconsiderada.
The 1980 Hague Convention benefits from the 2011 Istanbul Convention which makes violence against women visible as a global phenomenon. A sexist culture may explain abductions by fathers, but also by mothers fleeing violence. Violence against women is a wider phenomenon as compared to domestic violence, although both are structurally linked to the historical subordination of women. Such subordination has naturally led to a proprietary view of the family even in advanced socio-cultural contexts. In the perspective of the best interests of the child, the distinction between wrongful transfers of a child’s residence by his or her primary caregiver and abductions in the strict sense deserves to be reconsidered.
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