Pamplona va a vivir el inicio de su transición demográfica a lo largo de este algo más de medio siglo coincidiendo cronológicamente con lo acontecido en el resto de España y, sobre todo, en las ciudades de tamaño medio y escasamente industrializadas. Al iniciarse el siglo XX, la evolución de su mortalidad, natalidad y nupcialidad marcarán cambios de un patrón demográfico en el que predominaba la mortalidad y el decrecimiento biológico hacia otro patrón en el que la propia ciudad, sin contar con los aportes migratorios, crecerá gracias al control de la mortalidad catastrófica y ordinaria.
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