Enero de 1997 pasará a la historia de la climatología navarra por las intensas lluvias caídas, difíciles de encontrar en el banco de datos climático. Dentro de este mes, los días 20 y 21 registraron lluvias abundantes que dieron lugar a importantes avenidas de los ríos navarros. Estos dos días anotaron precipitaciones completamente diferentes: las del día 20, que afectaron a tierra Estella, tuvieron lugar durante todo el día; las segundas, que anegaron las riberas de los ríos Arga, Elorz y Cidacos, fueron auténticas tormentas, parecidas a las de verano, con fuertes chubascos que descargaron la lluvia o el granizo en tres o cuatro horas. El objetivo de este artículo que se enmarca dentro de las situaciones de riesgo climático, es el estudio de estas inundaciones, analizando las causas, su alcance e intensidad, las áreas afectadas y las zonas de riesgo.
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