Los tratamientos pueden producir a la vez daños y beneficios. Las probabilidades de que un paciente dado obtenga beneficios del tratamiento dependen de su grado de riesgo, que varía de unos casos a otros. Sin embargo, todos los pacientes tratados están expuestos a los posibles efectos nocivos del tratamiento. En este artículo se propone una forma de enfocar de forma individualizada las recomendaciones terapéuticas basada en el contrapeso de los beneficios y riesgos previstos en cada caso
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