La ética del diagnóstico genético preimplantación (DGP) afecta dobre todo a su comercialización, el estado moral de los embriones y la ética de su rechazo, así como a las pruebas que los médicos hacen y no ofrecen a sus pacientes. La información comercial debe ser exacta, completa y no autopromotora. Aunque el embrión humano merece cierto respeto moral, se considera ético desecharlo cuando los motivos son correctos y las fuentes de los gametos lo consienten. La eliminación de embriones con trastornos discapacitantes no supone insulto alguno para las personas discapacitadas ni favorece su discriminación. Los médicos deben actuar en conciencia a la hora de edecidir las pruebas que han de ofrecer a sus pacientes como parte del DGP.
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