Las secuelas de la fragmentación de Yugoslavia todavía permanecen presentes, algunas se han neutralizado y otras tienen un alcance limitado. El problema se sustancia en el desafío que supone la conformación de nuevos estados funcionales en el marco de la integración europea. La presunta línea ascendente que se preveía desde comienzos del siglo XXI no ha sido tal y cada estado sufre problemas internos derivados de un Estado de derecho deficiente donde la corrupción, los abusos de poder o las injusticias sociales siguen siendo una constante, mientras la emigración sigue representando tanto una amenaza como un reflejo de la precariedad general. El imaginario de la guerra todavía se instrumentaliza políticamente y el nacionalismo se revela como la ideología ó en la movilización política, pese a que durante los últimos años hemos observado una sociedad civil más vibrante y crítica con el poder político. La zona vive en un estado de estabilidad inestable, ante la fatiga de la ampliaci6n y el nuevo desorden geopolítico, pero más integrada que hace una década en las dinámicas ideol6gicas, econ6micas y sociales continentales.
Of the 21st century has not been such and each state suffers internal problems derived from a deficient rule of law where corruption, abuses of power or social injustices continue to be a constant, while emigration represents both a threat and a reflection of general precariousness. The imaginary of war is still being used politically and nationalism is revealed as the hegemonic ideology in political mobilization, despite the fact that in recent years we have seen a more vibrant civil society that is more critical with political power. The area lives in a state of unstable stability, in the face of enlargement fatigue and the new geopolitical disorder, but more integrated than a decade ago into continental ideological, economic and social dynamics.
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