Estrada propone flexibilizar, revisar y reformular muchas afirmaciones dogmáticas a la vista del contexto religioso que está presente en el inicio del tercer milenio. La catolicidad se da en un contexto de mundialización que exige inculturaciones. Hay un distanciamiento entre la teología, el Magisterio oficial y la recepción de la comunidad en diversos puntos doctrinales y prácticos. Ahí están igualmente el ecumenismo, la increencia y el ateísmo práctico. Tampoco son pequeñas las dificultades para una reevangelización de las viejas cristiandades, ni es mínimo el desafío del pluralismo religioso. Se precisan, por lo tanto, canales de diálogo y nuevos talantes.
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