Resumen | La cultura visual contemporánea destaca por la abundancia y fugacidad de la imagen en su estatus virtual y viral; ante este exceso de imágenes, distintos artistas, arquitectos y movimientos sociales han recurrido a estrategias formales que convocan a otros sentidos como el tacto y el oído, o incluso a la experiencia corporal completa. El relativo auge de este tipo de estrategias para aludir a cuestiones ligadas a la violencia y la memoria en las prácticas estético-simbólicas contemporáneas representa un reto para la investigación social: ¿cómo darle legibilidad e interpretación a este tipo de prácticas sin mutilar su dimensión de experiencia corporal? En este artículo se propone una respuesta posible recurriendo a la relectura de trabajos clásicos de Georg Simmel, Yi Fu Tuan y David Le Breton.
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