El sistema alimentario industrial ya genera un cuarto de las emisiones de gases de efecto invernadero, consume el 70 por ciento del agua y explota el 40 por ciento del suelo cultivable.
Más de 2000 millones de personas presentan sobrepeso u obesidad, pero más de 800 millones no comen lo suficiente o tienen carencias en su alimentación.
La solución a este problema ambiental y de salud mundial pasa por una alimentación más equilibrada y sostenible: menos carne, más verduras y nada de productos ultraprocesados.
Además de esas virtudes, tal dieta debe ser culturalmente aceptable, asequible y no poner en riesgo la subsistencia de las economías locales. Definirla no es una tarea nada fácil.
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