Existen más de 430 regiones cromosómicas que presentan variantes que podrían participar en la regulación del peso corporal y en el desarrollo de obesidad. Los polimorfismos en genes relacionados con el gasto energético como las proteínas desacoplantes, la adipogenia y/o resistencia a la insulina (receptores activados por el proliferador de peroxisomas gamma, los receptores betaadrenérgicos, la lipasa sensible a hormonas y el factor de necrosis tumoral alfa) o el apetito (la grelina) parecen estar asociados a fenotipos de obesidad en diferentes poblaciones. El riesgo de ser obeso depende de: a) el repertorio de variaciones individuales en un conjunto de genes relevantes, y b) la historia de exposición a factores de riesgo de tipo ambiental. Para obtener conclusiones relevantes, es necesario realizar estudios que incluyan a poblaciones control, tamaño de muestra suficiente y diseños que ilustren la posible interacción entre la genética y el ambiente (dieta, estilo de vida).
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