Al leer la Exhortación Apostólica «Verbum Domini» que recientemente nos ha regalado el Papa Benedicto XVI, como fruto maduro e importantísimo de la XII Asamblea general Ordinaria del último Sínodo de los Obispos2, con gozo me iba repitiendo y se agolpaban en mí la doctrina y afirmaciones que sobre la Palabra de Dios, y, en concreto, sobre la predicación nos transmite San Juan de Ávila3,y es que el Maestro Ávila en su vida, en su predicación, en sus escritos y cartas nos presenta la «sinfonía de la Palabra» que escucha, lee, acoge, proclama y vive como Palabra de Dios, en el seno de la Tradición Apostólica de la que no se separa.
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