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Cañones de asalto contra cazacarros

  • Autores: Roman Töppel
  • Localización: Desperta Ferro: Especiales, ISSN 2255-4734, Nº. 32, 2022 (Ejemplar dedicado a: Panzer. Volumen 6 (1945). Los últimos Panzer), págs. 30-37
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • En otoño de 1939, Hitler anunció a los mandos del Heer, la Luftwaffe y la Kriegsmarine su intención de atacar Francia lo más rápidamente posible, sin embargo, la fuerza acorazada se encontraba ante el problema de que sus vehículos de combate estaban equipados solamente con cañones de 37 mm –que a una distancia de 100 m y con un ángulo de impacto de 60º solo podían penetrar 35 mm de blindaje– y de 75 mm –cuya penetración en las mismas circunstancias era de 40 mm–. A comienzos de la campaña de Francia, en mayo de 1940, había cuatro batallones disponibles con Panzerjäger I, tres de los cuales contaban con veintisiete cañones autopropulsados cada uno y el cuarto solo con dieciocho, previstos principalmente para proteger los flancos de los cuerpos de ejército motorizados contra los blindados franceses que pudieran atacar por sorpresa. Durante la campaña también entraron en acción las primeras baterías de cañones de asalto, con seis cañones cada una. Su función en primera línea de infantería fue facilitar el ataque en puntos de máximo esfuerzo, enfrentándose a posiciones enemigas de ametralladoras, artillería o troneras de bunker.


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