Este artículo tiene como objetivo estudiar el coleccionismo de las obras de Murillo y de sus seguidores en el norte de Europa, concretamente en los Países Bajos, región desde la cual se dispersaron posteriormente a ciudades como París, Viena y Múnich. Se prestará especial atención a las escenas de género y, sobre todo, a aquellas protagonizadas por jóvenes pícaros, las cuales, como se pretende demostrar, estaban todas fuera de la Península Ibérica a mediados del siglo XVIII. Se intenta, además, dar alguna razón de por qué estas obras gustaban entre grandes marchantes y coleccionistas europeos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados