La piel humana es un órgano del cuerpo el cual resiste sin perjudicar temperaturas de hasta 44° C; por arriba de estos valores se originan diferentes grados de lesión, claramente relacionados con la temperatura y el tiempo de exposición al agente impensado. Comparablemente recordamos que la piel constituye una defensa inaccesible para los micro-organismos. La lesión de este miembro con solución de continuidad por efecto de una injuria térmica, química, eléctrica o biológica permite el fomento, infección e invasión, latentemente responsables de un cuadro séptico grave, con la consiguiente falla multiorgánico y el compromiso severo de la vida del paciente en este particular del niño. Considerando que las lesiones crónicas de miembros inferiores son de evolución tórpida y de difícil tratamiento, la herida está relacionado a un proceso de inflamación crónica que interrumpe el desarrollo de la cicatrización normal, proponemos un tratamiento con sustitutos cutáneos en este caso (aloinjerto epidérmico) para ajustar evolución de la herida y prepararlo para la reconstrucción definitiva con aloinjerto. Para confrontar los problemas de la piel que presenta los pacientes pediátricos bien sea, por accidentes o enfermedades, han disminuido su calidad de vida y se encuentran aislados a la expectativa de métodos que les permitan recobrar la función de su cuerpo y les disminuyan los riesgos por la exposición de los tejidos internos.
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