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Tomar la casa: Politics of haunting, contra-archivo y resistencia indígena en La llorona, de Jayro Bustamante

    1. [1] City University of New York Estados Unidos, España
  • Localización: Revista Ístmica, ISSN-e 2215-471X, Nº. 30, 2022 (Ejemplar dedicado a: Cine centroamericano: imágenes de convergencia intertropical), págs. 65-89
  • Idioma: español
  • Títulos paralelos:
    • Take the house: Politics of haunting, counter-archive and indigenous resistance in La llorona, by Jayro Bustamante
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      El largometraje La llorona (Jayro Bustamante, 2019) persigue contribuir a la restitución de una deuda histórica con el pueblo indígena guatemalteco; una deuda no satisfecha plenamente con los acuerdos de paz de 1996. El pasado espectral viene encarnado en Alma, la sirvienta maya kaqchikel que entra a trabajar en la casa del general Monteverde, responsable del genocidio de las comunidades indígenas cuando era presidente del país centroamericano. Al invertir la idea del haunting, o tormento, son el torturador y su familia lxs que se ven acosados por sus acciones pasadas, que hasta ahora habían quedado impunes, no solo a nivel jurídico, sino también a nivel moral. La figura metafórica de “La Llorona”, que llora desconsolada más allá de la muerte porque sus hijos han sido asesinados frente a ella, desencadena el terror que vivirá la familia protagonista, obligada a enfrentarse al pasado en el contexto del juicio popular contra Monteverde. La lujosa mansión del expresidente, una casa tomada, rodeada de manifestantes clamando por sus desaparecidxs, se volverá un espacio asfixiante capaz de atentar contra sus habitantes como respuesta a las demandas de justicia. Este artículo se interroga sobre tres aspectos fundamentales de la película. En primer lugar, cómo se elabora audiovisualmente el contra-archivo del juicio de Ríos Montt en 2013, de quien Monteverde es trasunto en la ficción. En segundo lugar, de qué manera se movilizan las politics of haunting negociando un discurso que transciende el género de terror y entronca con el de denuncia social. Y finalmente, cuáles son los procedimientos que utiliza el filme para presentar la resistencia indígena y la decolonialidad como opciones para construir el presente democrático en Guatemala.

    • English

      The feature-film La Llorona (Jayro Bustamante, 2019) aims to rectify a historical debt to Guatema-lan indigenous people, a debt that was not paid by the 1996 Peace Accords. The specter of the past is embodied in Alma, a Mayan Kaqchikel servant working in the home of General Monteverde, a man responsible for genocide against indigenous communities. Inverting the concept of haunting, this time it is the torturer and his family who are tormented by past deeds, deeds that had until then remained in a state of moral and juridical impunity. The metaphorical figure of “La Llorona” cries inconsolably from a space beyond death for her children who were assassinated in front of her eyes. Her mourning catalyzes a process of popular justice against Monteverde and his family, as a mounting crowd of protestors surrounds the expresident’s palace and demands justice for the disappeared. The mansion itself turns into a suffocating space that attacks its residents forcing them to reckon with the past.This article interrogates three fundamental aspects of the film. First, it takes up the audiovisual counter-archive in the 2013 trial of Ríos Montt, upon whom the character of Monteverde is based. Second, it discusses how the politics of haunting transcends the film genre of horror and becomes a form of political drama. Finally, it analyzes the decolonial visions proposed by the film as options for a democratic Guatemala.


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