Laura Elizabeth Castro jimenez, Alejandra Sánchez, Angie Milena León, Juan Camilo López, Oscar Daniel Vásquez
Las pruebas de agilidad son frecuentemente aplicadas para clasificar a los individuos en determinado nivel, también para reconocer capacidades como la coordinación, la velocidad y la fuerza de los sujetos aparentemente sanos. Sin embargo, actualmente hay carencia de baremación para la población colombiana, por la falta de un parámetro confiable para evaluarla. Por esta razón, se estableció un baremo a partir de una prueba de agilidad aplicada en jóvenes aparentemente sanos y físicamente activos, estudiantes de la Universidad Santo Tomás (Sede Campus) de la ciudad de Bogotá, y se identificó la incidencia del IMC sobre esta. Se realizó un estudio de enfoque cuantitativo, de alcance descriptivo y diseño transversal. La muestra fue seleccionada de forma aleatoria; se aplicó un consentimiento informado, una historia clínica y una prueba denominada 10 × 5. Los tiempos obtenidos para la primera medición oscilaron en un rango de 17’’ 54-37’’ 57 (DS ± 2,34) y para la segunda medición, en rangos de tiempo entre 16’’ 62 y 30’’ 80 (DS ± 2,14). Como conclusión, fue necesario un tamaño muestral mayor y hacer énfasis en la rigurosidad de la aplicación y la medición de la prueba. El IMC es significativo para el desarrollo de la prueba, específicamente por el componente talla, no por el peso. Los sujetos deben considerar el entrenamiento y mantenimiento de la agilidad, para denotar mejoras en esta.
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