Uno de los problemas más importantes que se presentan a quien estudia la obra de Lucifero de Cagliari es el de las relaciones con la cultura clásica, problema que afecta a gran parte de la literatura cristiana. Lucifero rechaza la cultura clásica, sus fábulas, el estilo de las clases altas de los escritores excelentes, de los altos funcionarios educados en la búsqueda de la virtus expresiva. En la polémica antiarriana, a la que está dedicada toda su obra, polemiza agriamente contra la cultura y en particular contra la retórica clásica, cuya expresión más evidente es su enemigo Constanzo; y quiere sustituir este mundo de fábulas por las letras sagradas tal como se encuentran expresadas de modo particular en sus maestros: Tertuliano. Arnobio, Lactancio, Cipriano
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