La investigación social generalmente está diseñada de modo que los investigadores no deban cambiar mediante su intromisión lo que ha de ser investigado. El término ‘bias’ (sesgo), que ya usó John Locke para describir las distorsiones del conocimiento condicionadas por intereses, se utilizó, sin embargo, para el ‘error’ que puede ocurrir por la mera presencia de un ‘tercero’ en el lugar de la investigación (“men, being biased by their interest”, An essay concerning the true original extent and end of civil government, Ch. IX, § 124). Desde un punto de vista crítico, se requiere que la modificación del campo al menos se vea reflejada. En cambio, para una serie de investigaciones que están comprometidas con movimientos sociales, el objetivo de la investigación empírica consiste expresamente en transformar el campo de investigación mismo e incorporar sus “objetos” como sujetos de aprendizaje que moldean su vida en la investigación. Esta investigación social puede, parafraseando el pensamiento de intervención de Brecht, llamarse ISI.
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