Temuco, Chile
El envejecimiento no es exclusivamente un proceso biológico sino también social y cultural. Tal como señala Carmen Barros (1991), los ancianos comparten no sólo una cierta edad y el desgaste biológico que ello conlleva, sino también un rango similar de oportunidades sociales y un mismo rol social. Pero, ¿cómo se vive este proceso en una sociedad industrial urbana y tradicional rural? ¿los problemas sociales para los ancianos son los mismo en ambas sociedades?, ¿qué pasa con sus roles sociales?; si admitimos que dichos roles están culturalmente construidos, ¿qué diferencias existen entre ellos en una sociedad y otra? Estas son las preguntas básicas que dieron origen al presente artículo, intentar responderlas no es fácil, la falta de bibliografía sobre el tema se torna indiscutible, más aún cuando lo abordamos desde una perspectiva cultural diferente a la dominante. Los escritos hallados datan de los años setenta, con alguna mayor profundización en los ochenta y noventa; en ellos se trata el tema como un problema urbano, originando con la industrialización en la sociedad occidental. Por las características que adquiere el trabajo social en la novena región, donde se contextualiza la información aquí proporcionada, es importante hablar de los "otros", aquellos ancianos que se encuentran más allá de los límites urbanos de las ciudades, pueblos y aldeas de la región, porque son, a nuestro juicio, quienes están sufriendo más crudamente los embates de una modernización compulsiva en la región más pobre del país: La Araucanía.
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